LA CUESTION NEGRA

-Quien puede negar que la fina variedad de matices entre el rojo y el blanco, en la raza blanca, es preferible a la eterna monotonía de la raza negra, cuyo irremovible velo oscuro esconde todas las emociones? Los propios negros reconocen la superioridad estética, así como los orangutanes en las selvas del Africa, prefieren una mujer negra a una hembra de su propia especie. Los negros, como todos saben, eliminan más líquidos a través de las glándulas de la piel, lo que hace que propaguen un fuerte olor. Parecen necesitar de más sueño que los blancos y es innegable que se aparean con sus fémeas con más ardor que los blancos. Para ellos el amor parece más un ávido deseo que que una delicada y tierna mezcla de sensaciones y sentimientos como ocurre con los blancos. Las aflicciones, tristezas y fracasos son pasajeros y su existencia funciona más en términos de participación sensorial que racional. En términos de memoria es innegable que pretos y blancos se equiparan. En términos de raciocinio les cuesta trabajo comprender , por ejemplo, el teorema de Euclides.  Tienen poca imaginación, pero es preciso reconocer que el hombre negro posee mayor talento para la música y un mejor oído para el ritmo, los tiempos y la melodía. Entre ellos encontramos,  sin embargo,  gente de la más rígida integridad, gratitud e invaluable fidelidad.

-A esta altura, la mayoría de los lectores de E.P., criollos o no, deben estar putos conmigo, muchos deben estar babeando de placer, esos que no gustan de mí, comentando: No te decía que el hdp del  Edelsio era un tremendo racista? además de otras perlas fecales. El autor de la narración anterior es nada menos que el mayor intelectual americano del siglo 18, el niño de los ojos de George Washington, el redactor de la Declaración de la independencia americana y tercer presidente de E.U., Señor Thomas Jefferson. De él, el Marques de Lafayette decía: es el hombre más honesto y sabio que jamás conocí. Pero volviendo a Jefferson, gustaba de los negros tanto que heredó 135 esclavos de su suegro, padre de su mujer Martha Wayles Skelton. Una esclava de nombre  Sally Hemmings, mereció la atención del futuro Secretario de Estado y presidente, tanto gustó de la joven negra que con ella tuvo 5 hijos y 2 con su mujer blanca. Uno de los hijos de la esclava era tan parecido a Jefferson que era difícil distinguir uno de otro a cierta distancia. Ustedes no encuentran que mucho criollo americano tenga razón en  querer hacer castañuelas con los culos de los blancos? A pesar de su emblanquecimiento progresivo, el negro americano sigue luchando por su dignidad al punto que se presenta hoy un racismo al revés, con lo cual yo no estoy de acuerdo. Para que un editor liberal famoso de Los Angeles dejara casar a su hija con un negro fue preciso convencerlo de que, además de tener la cara del negro Pelé, tenía la inteligencia de Einstein. Personalmente, nunca encontré un pueblo que no fuese racista, ni mismo los escandinavos. El americano es más racista. En el Brasil, país que conozco bien, no hay racismo porque,  dice irónicamente la voz popular: "El negro conoce su lugar". Colombia tampoco es un país racista.  Lenin Ilich y Anselmo, de la turma de E.P, se sabe,  gustan  mucho de arrastrar y llevar a la cama a las criollas, pues consideran son más ardientes y apasionadas que las blancas.

-Para El Pasquín, Edelsio

-E.P. Caro Edelsio, debiste poner comillas en lo dicho por Jefferson, más aún en este año del 2011 declarado año de la Afrodescendencia en América. En Colombia se estima tenemos 3.5 millones de afrocolombianos que yo, y veo que tu, preferimos llamarlos como siempre, nuestros queridos y respetados negros o criollos. En cuanto al racismo no existe, por fortuna, algo que sea visible. Sería bueno señalar que, a pesar de que la mayoría de ellos no estudian música erudita, lo que si hacen los blancos, los músicos negros en nuestro continente tienen un rasgo común que se remonta a sus ancestrales africanos, el ritmo de los tambores, la improvisación y libertad de jugar con sus productos musicales como el jazz, la samba, la música cubana y la de América Central y del caribe. Allí el negro americano preserva lo más significativo de su cultura africana, sus raíces negras.