-Estupendo el artículo de Lorenzo Madrigal: Santos intolerante, y la caricatura de Osuna en el diario El Espectador de Bogotá, hoy lunes 2 de febrero del 2015. Acusan la poca tolerancia del gobierno y los medios de prensa, radio y tv, que les son afines, gracias a la mermelada copiosa con que los ha favorecido, digo yo, y a sus entronques familiares con la casa Santos, revista Semana y El Tiempo. Señala como desaparecen voces en los medios, tales como el mejor moderador de debates, Hassán en Cable Noticias, José Obdulio y Fernando Londoño en El Tiempo, Alvarez Gardeazabal, complemento yo, y otros en provincia. Dice que en Colombia, a diferencia de países vecinos, se emplean métodos más sutiles, de clara estirpe santista, para enderezar las opiniones incorrectas. Así usa el poder. Es un hecho que el entramado de medios e intereses económicos, hacen invencible cualquier propuesta de La Habana, de la cual saldrá un voto casi timbrado, para dar el sí o el no a un proceso irreversible y, como se ha dicho, se decidirá finalmente entre la paz o la guerra, dice, y el pasca aprueba. Sigue: Hay festival en el santismo, incluída la izquierda, por la reducción a prisión de la exdirectora del Das, María del Pilar Hurtado. Asilos y desasilos, circulares rojas negadas y recientemente revertidas; viajes a Panamá y a Francia, coincidentes, de Juanpa, of course, Ya en la cacería misma de la imputada: tv en asedio, reseñas, detalles y la cabeza más brillante de la fiscalía en todos los medios. Los delitos que se le imputan a la Sra. Hurtado dan para 15 a 20 años de cárcel, dice muy Alegre el fiscal. Se alegran los enemigos del Centro Democrático: Piedad, cierto Iván, Petro y el del Monte, muy Alegre, señala que puede concederle beneficios si colabora con la justicia, que en buen romance quiere decir: diga que Alvaro Uribe le ordenó hacer las escuchas ilegales a los simpatizantes de las farc como los ya citados y a ciertos magistrados de la Corte Suprema de Justicia, los que eran agasajados por mafiosos como Giorgio Sale, socio éste del Paramilitar Mancuso, de una enoteca de Barranquilla, en la cual quedó constancia de los muy encendidos elogios, por tan finos licores y atenciones, en una prosa digna de un alto magistrado, cuyo nombre se me escapa; también fueron, claro está, ellos merecen, llevados a las corralejas de Sincelejo, fueron atendidos en Neiva, obviamente con todos los gastos pagos, los viáticos los ahorraron. Hasta una cartera italiana muy fina, imagino yo que con zapatos, recibió la dignísima esposa de uno de ellos. Y cosa curiosa, las visitas de Giorgio a la Corte en Bogotá fueron borradas de los archivos. Más curioso aún, esas escuchas nadie las conoce. A Bernardo Moreno y al secretario de prensa de Palacio los metieron a la cárcel porque alguien de inteligencia del Das así lo dijo, pero sin que se permitiera a los acusados escuchar las grabaciones, esto es, sin conocer las pruebas. Así lo hacía Stalin, en los famosos juicios de 1936 a 1938 en que acabó con la cúpula del partido comunista, los altos oficiales del ejército y más de 600 mil soviéticos fusilados por la KGB. Juicios en que con torturas, o represalias contra sus familias, se incriminaban así mismos. Lo mismo ocurrió en Cuba hace unos años con un héroe de la guerra de Angola. Arnaldo Ochoa y unos hermanos De Armas, si no estoy mal, con una técnica criminal en que se les promete beneficios y luego se les fusila. Aquí nos estamos pareciendo, se le aceptan denuncias a criminales, se les cree, valen más sus testimonios, no se les puede contrainterrogar, y así es la suerte trágica de Colombia, los hombres más eminentes de la República son deshonrados, gente honorable que cumplió con su deber. Hoy en día las baterías están enfiladas en contra del partido uribista Centro Democrático: Oscar Iván Zuluaga, su hijo, David Zuluaga; Luis Alfonso Hoyos, Luis Carlos Restrepo, Andrés Felipe Arias; Bernardo Moreno, Aranguren. Recordemos también aquí a los uribistas: Miguel Pinedo Vidal, Carlos García Orjuela, el gobernador de Antioquia, Luis Alejandro Ramos, Luis Humberto Gallo, muerto en prisión, hoy se reconoce era inocente. Todos ellos denunciados por los mal llamados paramilitares, que se vengaron así de los partidarios del que los extraditó o metió en la cárcel, Alvaro Uribe. Mencionemos también al primo, Mario Uribe, acusado por un delincuente, paramilitar, refugiado en Canadá con 20 miembros de su familia pagados con nuestros dineros. Por supuesto, nuestra justicia mamerta, de extrema izquierda le creyó, su carrera truncada, hoy en día en la cárcel. Mencionemos también a Dilia Francisca Toro y Nancy Patricia Gutiérrez. Y aquí suspendo, aún cuando, debería relacionar a los hombres de nuestro glorioso ejército, el que el santismo-leninismo negocia en La Habana. Remato con el final de lo escrito por Lorenzo Madrigal en El Espectador: "Y en Casa de Nariño, un duende malicioso que sonríe mientras ve llegar, por sus pasos, la prisión del ex-presidente, a quien le debe el poder; la del candidato opositor, ultrajado y tímido (Zuluaga), todo al estilo antidemocrático de Unasur. Santos, el intolerante".
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