-EL CARNICERO DE LA CABAÑA-

-Siendo el Che, fiscal, presidente de la Comisión depuradora del tribunal de apelación y comandante en jefe del cuartel, en 1959, en la prisión de la Cabaña: "Ante la duda, mata, y dale aspirinas(balas)". No había guerra en Cuba, la revolución se ensaña con los prisioneros, soldados y oficiales del ejército vencido, el de Fulgencio Batista. Orden suya a los fusiladores que estaban bajo su mando: " No demoren las causas, esta es una revolución, no usamos métodos legales burgueses.....hay que proceder por convicción...yo los pondría a todos en el paredón y con una cincuenta ratatata a todos. Reconocía que todos los fusilamientos debían llevarse a cabo sin garantías y mejor, sin juicio previo a las víctimas: "Tenemos que crear la pedagogía de los paredones del fusilamiento, no necesitamos pruebas para matar a un hombre". Allí, en La Cabaña, se ganó el legítimo apodo de carnicero. Este Che Guevara es el criminal argentino más temible del siglo 20. Actuaba en consecuencia de lo que pensaba. En los primeros días de trabajo este justiciero alcanzaría la friolera de 550 disidentes masacrados. " Mis amigos son amigos mientras piensen políticamente como yo" Una pauta a la que acudía el Che para disponer de la vida de los cubanos. "Guevara exige que todos los oficiales del recién creado ejército castrista se turnen para encargarse de las ejecuciones, para hacer que la responsabilidad sea colectiva". Testimonios numerosos pueden encontrarse en el libro de Nicolás márquez, periodista argentino, El Canalla, la verdadera historia del Che. Asesino que tenía una sola divisa: "Juzgar a los criminales lo más rápido posible: el tribunal instruye los expedientes, el oficial investigador siempre tiene la razón, siempre dice la verdad....y en consecuencia al paredón..."
Número total de asesinados por el Che Guevara, como autor material entre 1057 y 1959; 14 en la Sierra Maestra; 23 homicidios en Santa Clara; 175 en La Cabaña: El listado de los fusilados, con nombre y fecha, aparece en las páginas 147 a 150 del libro El Canalla. Fusilamientos llevados a cabo por orden de él: 1500 en La Cabaña y vale recalcar, la mayoría con juicios sumarísimos, tal como lo reconoció el propio Che, herido como estaba, en la Escuela de La Higuera, en Bolivia, al agente cubano de la Cia félix Rodríguez, cuando aún tenía la esperanza que  respetaran su vida y que le iniciaran un juicio, a él que no respetó nunca la vida de los demás, el que afirmaba que "un guerrillero no se entrega jamás". Al ser herido levemente gritó al Teniente Parada de los Rangers bolivianos: "no disparen que para su gobierno valgo más vivo que muerto". No se entiende, mejor, no se conoce, o no quieren reconocerlo, los izquierdosos, la enorme distorsión existente en torno al chacal argentino, hoy convertido en símbolo de paz y justiciero humanitario. Hasta las comunidades lgtb, lesbianas y gays, marchan orgullosos luciendo camisetas con su  efigie, los he visto aquí en Bogotá, no saben que estas comunidades fueron a dar a campos de trabajo forzado en Cuba, siendo el más famos Guanahacabibes, cuyo propósito era someter a "todo el que se apartase de los estereotipos y normas impuestas por la revolución", homosexuales, víctimas del sida, testigos de Jehová, sacerdotes afro-cubanos, cristianos y otras escorias. Estos campos trascendieron al Che. En Marzo de 1971, 400 mil jóvenes habían sido condenados a internación en centros de rehabilitación por el Departamento de Lacras sociales del Ministerio del Interior. El sector más numeroso era el de los  homosexuales, cuya conducta era una afrenta al "hombre nuevo" guevariano  tal como lo repetía Fidel Castro: "La revolución no necesita peluqueros". Para cualquiera resulta inadmisible que una persona sea brutalmente castigada y confinada en campos de concentración socialistas durante años con el pretexto de reeducarlos. Un caso muy conocido fue el del escritor cubano Reinaldo Arenas, castro-guevarista fiel. Por su declarada condición de homosexual fue confinado y torturado por años en los campos de concentración. Murió   en el exilio en 1990. Véase El Canalla, p.144.