Por Thania Vega
Bogotá, Julio 16 de 2011. Día de la virgen del Carmen. Fecha que difícilmente se borrara de mi memoria mientras tenga lucidez mental, hoy estamos cumpliendo ya cuatro años de esta terrible INJUSTICIA!
Si, cuatro añosdurante los cuales mi esposo el Coronel Alfonso Plazas ha sido privado de su libertad, el don más preciado que puede tener el ser humano, en los cuales se nos ha robado la vida, no me canso de decirlo,o si no apreciado lector piense por un solo momento todo lo que ha sucedido en su vida en los últimos cuatro años, cuanto ha viajado, cuánto ha vivido, cuántos sucesos buenos regulares y malos han pasado en su vida en este lapso.
Pues mientras todo eso ha acontecido en su vida, apreciado lector, Alfonso Plazas ha tenido su libertad y su vida paralizadas, sumergido en un proceso creado por un sistema judicial turbio y contaminado, en el cual se ignoró el principio de la cosa juzgada, se le acusó con pruebas deleznables, testigos inventados, y en el cual se le han violado sus derechos más elementales, empezando por el de Presunción de Inocencia y tantos otros que no voy a repetir porque ya son conocidos por la opinión pública.
Cuatro años de ignominia causados por un propósito de venganza de quienes como miembros del M-19 de algún modo estuvieron comprometidos en la toma del Palacio de Justicia y atentaron contra el altar de los jueces. Solo Dios sabe que diferente sería la Justicia en Colombia si ese macabro hecho no hubiera sucedido. No lograron tomarse el poder gracias a la acción del Ejercito de Colombia, pero mataron a la Justicia!
Cuatro años de perversidad causados por los intereses de un colectivo de abogados de extrema izquierda que buscan millonarias indemnizaciones.
Cuatro años de crueldad y de calumnias seguramente auspiciados por los intereses de unos narcotraficantes a quienes les fueron expropiados sus bienes por el coronel Plazas desde su cargo como Director Nacional de Estupefacientes.
En este momento y después de esos cuatro arduos y sufridos años,se han logrado desvirtuar todas y cada una de las supuestas pruebas con las que fue acusado. Yhoy el país sabe que se le ha condenado sobre una prueba inexistente,que ha sido además desmentida por el propio supuesto testigo quien asegura que nunca dio ese testimonio.
Hasta cuando Dios mío? Me pregunto
Con toda la angustia e incertidumbre que alberga mi corazón ya casi sin fuerzas y casi atrapada en la depresión, veo la imperiosa necesidad de la ayuda Divina, confío en su Misericordia para que la justicia humana actúe pronto y del lado de la verdad, y para que estos cuatro años hagan parte de una historia que jamás ha debido suceder, como tantasotras que lamentablemente están viviendo muchos militares y colombianos de bien.
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