14 de mayo de 1948 establecimiento de un Estado Judío en Palestina

-En esta fecha la kneset, o parlamento, fue convocado por Ben Gurión, en el Museo Municipal de Tel Aviv, para declarar la creación del Estado de Israel. Decisión que muchos consideraron precipitada, pero David Ben Gurión, presidente de lo que a la sazón se conocía como "directorio del Pueblo", decidió que no debía dejarse pasar esa oportunidad histórica. Los árabes habían rechazado la idea de un estado árabe en parte de Palestina. Recordemos que el 29 de noviembre de 1947, la ONU aprobó por 33 votos a favor, entre ellos el de Colombia y Rusia, 13 en contra y 10 abstenciones, la partición del territorio de Palestina, situado al oeste del río Jordán, para que se establecieran allí dos estados, uno al  judío errante y otro árabe. En la noche del 14 y el 15 de mayo, los ejércitos de 5 países árabes: Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak cruzaron la frontera y comenzaron la invasión de Palestina.
Las penurias de este pueblo admirable comenzaron con la destrucción del templo de Jerusalen por Tito y la "diáspora" o exilio del pueblo judío en el año 67 de nuestra era vulgar, como la denomina un cardenal de cuyo nombre no quiero acordarme, y puesto que es vulgar, la dejamos así. Luego se produce la amarga salida de Sefarad, en 1492, donde los judíos dejaron en la esfera cultural un profundo vacío, que hasta ahora no ha sido realmente llenado. España rechazó lo que el más grande historiador español, Claudio Sánchez Albornoz, denominó la capacidad mental del pueblo hispano-judío y su especial talento para las obras del intelecto. La quiebra de la vida judía en España estuvo ligada al fanatismo religioso de la España cristiana. Pero dejaron su huella en "los conversos", como eran Luis de Santangel, cuya influencia fue decisiva en los viajes de Colón, Gabriel Sánchez, tesorero de la reina de Aragón; Fernando de Rojas, autor de La Celestina, Luis de Vives, Juan de la Cruz y Juan de Avila, Diego Laínez, segundo general de la orden de los jesuitas, Santa Teresa de Avila y muchos más. Fue traumática su marcha a través de la cuenca del Mediterraneo y el Nuevo Mundo. Y en todas partes fueron señalados  y les achacaban las desventuras de los pueblos a los que llegaban. Los horrores del holocausto en que murieron cerca de 6 millones, hicieron posible esa resolución de la ONU. Su capacidad de trabajo y  su voluntad de lucha transformaron una área desértica donde desarrollaron una cultura agrícola, industrial y militar formidable. Es la única democracia de la región. Tienen derecho a esa tierra. Nosotros somos los beneficiarios de sus aportes en la ciencia, en las artes, en la Medicina, las matemáticas y de su enorme  capacidad para hacer dinero. Los premio Nobel a judíos superan muchas veces  lo conseguido por otros pueblos. La ONU les otorgó, muy justamente, un espacio en la tierra que fue de sus antepasados y que también es de otros pueblos.
"Donde vamos llora nuestro corazón por España; porque después de todo allí nacimos y allí está nuestra patria natural.....Hasta ahora no he comprendido y sentido el verdadero significado de la expresión: dulce es el amor de la patria".
Expresión de  un morisco, que bien hubiera podido ser la de un Sefardí, también expulsado de Sefarad, y de cuyo nombre si quisiera acordarme.