Por Ricardo Puentes Melo – Julio 12 de 2009
Hay pocos estamentos en el país que las FARC no hayan infiltrado. Sin embargo, como lo vengo diciendo hace años, el mayor daño lo están causando desde el sistema educativo, desde el aparato judicial (con Fiscalía, obvio), y ahora desde la entrañas del mismo ejército. Ciertamente, la preconización de “todas las formas de lucha” que hizo el Partido Comunista desde su creación en Colombia, ha desarrollado un gran trabajo…. para horror de todos los colombianos.
Desde hace cerca de 70 años, el comunismo ha estado ocupado en un laborioso entramado que apuntaba a lo que hoy estamos viendo en Colombia: la justicia está en manos de guerrilleros, los defensores del país en las cárceles sin más pruebas acusatorias que el testimonio de bandoleros secuestradores, y los verdaderos criminales ganando la guerra desde la seguridad que les provee el mimetismo camaleónico que los hace ver ante el distraído ciudadano, como bienhechores administrando verdad y justicia.
No fueron gratuitos la creación de movimientos campesinos, movimientos de indígenas, movimientos de trabajadores, movimientos de homosexuales, movimientos de feministas y demás. Detrás de la aparente defensa de los legítimos derechos civiles de estos sectores, se escondían las manos ensangrentadas de los bandoleros comunistas que buscaban –y siguen buscando- esclavizarnos para ser mano de obra barata, sumisa e idiota, de quienes buscan concentrar la riqueza en pocas manos –las de ellos- tal y como lo hicieron Castro, Stalin y Mao, y como lo están haciendo Ortega, Correa y Evo siguiendo el ejemplo y las órdenes del pichón de emperador latinoamericano: Hugo Chávez.
Los conspiradores contra el ejército - fotomontaje de Alpa
Los éxitos militares y de inteligencia del ejército sobre los terroristas de las FARC, y el respaldo masivo de los colombianos por estos logros, nos lo está cobrando el pulpo mafioso –ese sí- del comunismo narcotraficante que infiltró y se apoderó de la Fiscalía General de la Nación, la Corte Suprema de Justicia y, en general, del sistema judicial colombiano.
Por supuesto, la Fiscalía no está infiltrada desde hace poco. Ese trabajo se empezó desde el primer Fiscal general, el tristemente célebre Gustavo de Greiff, socio de los narcos Rodríguez Orejuela, amigo y encubridor de Samper y de los socialistas narcotraficantes. Por algo su hija Mónica de Greiff integra el gabinete socialista de Samuel Moreno en Bogotá.
También tuvimos como Fiscal a Alfonso Gómez Méndez, compadre de Raúl Rojas, un peligroso guerrillero.
El compadrazgo de Alfonso Gómez Méndez con Raúl Rojas le sirvió a éste último para que la Fiscalía le embolatara el proceso y saliera de esta manera libre, a pesar de que le tenían grabadas casi 2.000 horas de conversaciones sobre secuestros y atentados terroristas; también le sirvió esta estrecha amistad a Rojas para que su hija fuera nombrada por Gómez Méndez para trabajar en la Fiscalía general de la Nación.
Pero las andanzas de Gómez Méndez con la guerrilla no se limitaron a su gestión en la Fiscalía. En su campaña a la Cámara de Representantes, su segundo renglón en la lista era Rafael Celis, otro guerrillero de las FARC. Y quien les patrocinó todo fue Guillermo Alfonso Jaramillo, también miembro de las FARC quien desde la gobernación del Tolima les construyó carreteras a la guerrilla para sus fechorías, les cedió contratos, les regaló prebendas, les dejó manejar la secretaria departamental de Educación y muchas más cosas que serían largas de relacionar.
LA INTERNACIONAL SOCIALISTA EN PLENO: Joaquín Vives, Antonio Gutierres, Presidente, Alfonso Gómez Méndez, Horacio Serpa, Luis Ayala (Secretario)
Desde el 2005, Mario Iguarán dirige este organismo. Pero los problemas de la Fiscalía no solamente no terminaron, sino que se agudizaron.
El país tal vez no recuerda que el Fiscal Mario Iguarán se llevó a su brujo personal a trabajar a la Fiscalía como asesor espiritual y vidente. Armando Martí –que así se llama este famoso brujo- fue dotado por Iguarán de escoltas, carros blindados, armas y un carné que le permitía a Martí acceder cualquier rincón y secreto del ente investigador. ¿Con qué se pagó al brujo personal de Iguarán..? Con nuestros impuestos, claro está.
Pero este brujo fue denunciado y hace poco publicó una serie de videos que él grabó, donde los altos mandos de la
Armando Marti, el brujo de la Fiscalía, y Mario Iguarán, Fiscal General y hoy embajador en Egipto
Y reconocen también que la fiscalía está infiltrada fuertemente por la guerrilla. Aceptan que muchos de sus funcionarios investigadores son invitados a fiestas por narcotraficantes… (Ay…! Tan parecidos a algunos magistrados de la Corte…!)
También se revela que una inmensa mayoría de los casos se resuelven en prostíbulos, en sitios clandestinos donde investigador e investigado negocian, pactan, acuerdan. Después de brindar con tragos e intercambiar putas, se llega a un acuerdo financiero, y la Fiscalía archiva el proceso. ¡Qué desvergonzados..!
También reconocen en esas reuniones secretas –ahora publicadas por Martí- que algunas de sus fiscales mujeres son unas vagabundas borrachinas que llegan a las diligencias de levantamientos de cadáveres y demás, en completo estado de embriaguez.
Pero no hacen nada al respecto. Pero nada de nada.
No solamente se hacen los de la vista gorda con los procesos que negocian en los prostíbulos, sino que fieles a su tradición de complacencia con las FARC, dejan sueltos a todos los cómplices de la guerrilla contra quienes hay suficientes pruebas como para ponerlos tras las rejas a cadena perpetua.
Y, para poner broche de oro, ahora también quieren atentar contra el único organismo que sí ha hecho para terminar con el terrorismo y los secuestros de las FARC: El Ejército Nacional.
En mayo de este año, Iván Cepeda y Piedad Córdoba viajaron a Estados unidos a visitar a quien aseguran que es uno de sus peores enemigos: Salvatore Mancuso. Dicen fuentes de alta fidelidad, que estos delegados de “Colombianos por las FARC”… -upss perdón, “colombianos por la paz”, le propusieron a Mancuso el siguiente trato: La Fiscalía se encarga de proteger los bienes de este peligroso narcotraficante y asesino. Y Mancuso, a cambio, deberá hacer acusaciones falsas contra Uribe y contra la Fuerza Pública.
Hollman Morris e Iván Cepeda.. ¿maquinando..?
Y de Piedad Córdoba ni hablemos, porque el país entero ya conoce su prontuario delictivo que a la Corte Suprema y a la Fiscalía le parece una nimiedad.
Gracias a este trato, el paramilitar y narcotraficante Mancuso emitió un comunicado implicando a 30 oficiales y suboficiales del Ejército y la Policía, de tener nexos con el paramilitarismo y colaborar activamente en las masacres cometidas por estos sanguinarios delincuentes.
Pero Mancuso va más allá. Saca un comunicado que publican los medios al servicio de los enemigos de la paz, donde le dice al presidente que lo nombre “gestor de paz” o, de lo contrario –deja entrever- lanzará acusaciones mucho más terribles contra varios personajes y contra altos oficiales del Ejército Nacional.
Los medios de comunicación y “colombianos por las FARC”… -upsss, perdón- “colombianos por la paz” sacaron este comunicado de tal manera que coincidiera con el aniversario de la Operación Jaque. No solamente no nos permitieron utilizar la plaza de Bolívar de Bogotá para celebrar este acontecimiento, sino que lo mancharon con las injurias pactadas entre estos mafiosos.
Para colmo de colmos, la fiscal Sandra Yaneth Castro Ospina, directora de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación, dice que el Ejército es una organización criminal, y acusa de asesinos y alcahuetas tanto a éste como a quienes lo defienden.
La fiscal Sandra Yaneth recién demandó a Fernando Londoño Hoyos por complicidad con los “asesinos” del ejército y apologista del delito; El Dr. Fernando Londoño, periodista y ex ministro de Estado, es una de las pocas voces que se ha atrevido a denunciar estos hechos, ganándose poderosos enemigos, como son la Fiscalía y las FARC. La Fiscalía prohíbe que los colombianos defendamos a nuestro ejército, so pena de acusarnos de asesinos. ¡¿Hasta dónde llegarán…?!!
La pregunta es para muchos, ¿Por qué sucede todo esto…? La respuesta está en el viejo sueño de las FARC de conseguir un gran gobierno comunista (o socialista, que es lo mismo).
Este gobierno socialista en Colombia estaría comandado por la cúpula de comunistas y de las FARC y sus aliados: el Polo Democrático, una gran cantidad de “liberales” como Piedad Córdoba, Gómez Méndez, Luis Fernando Velasco, Luis F. Almario, Gema López, periodistas como Carlos Lozano, y otros “intelectuales” que se dan pantalla en el grupo que lidera Piedad Córdoba.
Pero para hacer realidad esta pesadilla, necesitan exterminar al Ejército Nacional. Acabarlo desde adentro y tumbarlo de la cima de la popularidad donde lo hemos colocado los colombianos gracias a sus victorias sobre la guerrilla.
Y ese es trabajo de la Fiscalía. Yo no tengo ninguna duda al respecto. Estoy íntimamente convencido de que la Fiscalía General de la Nación está empeñada en acabar con el Ejército de Colombia. Hay pruebas de que la Fiscalía ofrece dádivas en dinero y otras recompensas a falsos testigos para que denuncien a oficiales y soldados del ejército a quienes ni siquiera conocen.
Porque detrás de los falsos “falsos positivos” está la mano negra de los cómplices de la guerrilla.
Cuando se mira el informe suministrado por el mayor general Carlos Arturo Suárez Bustamante, y con base en el cual se destituyeron decenas de oficiales, suboficiales y soldados, y se les está acusando de sicarios, uno no puede dejar de ver esta tétrica mano negra.
El famoso informe es un documento insulso, cargado de imprecisiones, hecho a la carrera, sin pruebas de peritazgo, sin tomar testimonio de los acusados sino apoyándose en anónimos y supuestos. No hay una sola prueba que apunte contra nuestros soldados. No hay nada que demuestre que nuestro ejército sacó muchachos de Cazuca y se los llevó para Norte de Santander para asesinarlos.
Este informe es una vergüenza, una verdadera bellaquería solamente comparable a la triste trayectoria de la Fiscalía General de la Nación.
Julio 12 de 2009.
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