Por Ricardo Puentes Melo
Una verdad que desconoce el país, pero que conoce muy bien el alto gobierno y el comando de las Fuerzas Militares, es que Juan Manuel Santos ya tiene fecha definida para sentarse a negociar con las FARC.
En cuestión de pocos meses, el camarada Santos y su gabinete harán el anuncio al mundo. Se sentarán a manteles con Cano y el resto de hampones de las FARC, y contarán con la bendición de Hugo Chávez y Fidel Castro para que Santos le entregue el país a los guerrilleros de las FARC, tal y como César Gaviria hizo con los terroristas del M-19 durante ese gobierno del que él fue ministro de Comercio Exterior estrechando, aún más, lazos y amistades con Fidel Castro.
El lugar escogido para los diálogos será una población fronteriza colombo-venezolana. Allí el camarada Santos nos propinará la puñalada mortal a los más de 9 millones de colombianos que votamos por la continuidad de la Seguridad Democrática del presidente Uribe.
El viejo sueño de Santos, de dirigir los diálogos con sus cercanos de la guerrilla, se hará realidad en muy poco tiempo.
No hay que olvidar que fue él el precursor del despeje; fue él quien –junto a Raúl Reyes- planearon la caguanización del país y que, en agradecimiento a esa “vuelta”, el nefasto Pastrana lo nombró ministro de Hacienda.
Tampoco hay que olvidar que fue el camarada Santos quien, siendo ministro de Defensa del presidente Uribe, se reunió en secreto con los cabecillas del ELN (misma guerrilla a la que amó profundamente su mentor Alfonso López Michelsen), y que estos bandidos le dijeron al camarada Santos que negociarían la paz con él siempre y cuando sacara del gobierno a Luis Carlos Restrepo, el comisionado de paz. El camarada Santos hizo todo el intento posible pero no pudo.
Y menos hay que olvidar que Santos facilitó la huida de Cano para evitar que el ejército lo diera de baja. Las conversaciones de paz sin Cano se verían como lo que son: una payasada para pasar a la historia como el hombre que logró la paz en Colombia; una payasada que le cuesta litros de sangre a los colombianos, una payasada que para Pastrana se convirtió en el mismo delirio que hoy sufre Santos, y tras el cual arrastró al país a los cuatro años más sangrientos de los últimos tiempos. En eso y otras cosas se parecen este par.
Hace un par de días una fuente de toda mi credibilidad me anunció lo que sucedió hoy: que se empezarían a dar los pasos necesarios para “ambientar” al país llevándolo con suavidad hasta el momento en que Santos y Cano anunciaran a los cuatro vientos que se sientan a negociar la paz. Y, para ello, el primer paso es el reconocimiento de la beligerancia a las FARC.
Oh, sorpresa e indignación para Colombia, cuando hoy el camarada Santos anuncia sin ningún recato, con total desfachatez, que él reconoce la existencia de un conflicto armado interno en Colombia.
Juan Manuel Santos con armamento incautado. Cerca, Sergio Jaramillo y Rodrigo Rivera
¿Qué significa esto?
Nada más ni nada menos, que se le está dando legitimidad a la guerrilla, se está legitimando el accionar de terroristas y narcotraficantes.
Los movimientos previos a este paso eran, por supuesto, aplastar la moral del ejército mediante la guerra jurídica que el mismo Santos y sus ministros patrocinan. La salida del general Matamoros era absolutamente necesaria para el anuncio de hoy. Y que el general Matamoros me corrija si estoy mintiendo. Otra cosa importante es impedir que las víctimas de la guerrilla sean reconocidas como tales. Por ello atentaron contra la vida de Fernando Vargas Quemba y están amenazando a quienes exigimos justicia y castigo contra los narcoterroristas.
El próximo en salir será el general Navas. Su puesto será asumido por el general Ricardo Vargas Briceño, el huevito de la Machaca, y el próximo ministro de Defensa se está barajando entre Germán Vargas Lleras y otro igual o peor: el general de la policía Oscar Naranjo, quien se retiraría para poder asumir este cargo ‘catapultador’.
El presidente Álvaro Uribe se manifestó en Twitter preguntándose: “los terroristas no reúnen elementos para status de beligerancia ¿por qué les abren la puerta?”. Y yo le contesto con todo mi respeto, aprecio, gratitud y firmeza. “Porque usted, mi considerado Dr. Uribe, ha guardado un silencio demasiado prudente ante este traidor a quien elegimos con 9 millones de votos que le pertenecen totalmente a usted.”
Muy decepcionantes las razones que exponen congresistas que creíamos todavía fieles a Uribe.
Roy Barreras, el ponente de esta infamia, dice que “en el camino de la ‘reconciliación’ existe la necesidad de que todas las partes cedan”
Otro que lo secunda es el liberal Juan Fernando Cristo, también ponente y promotor de la ley, junto con Barreras. Juan Fernando Cristo, samperista, también figuró como receptor de dineros del Cartel de Cali en esa dichosa campaña. Dice él que este reconocimiento a las FARC, como parte de un conflicto armado interno, “Era lo normal y lo lógico..”
“Lo normal y lo lógico”???? Claro que sí.
Tanto Roy Barreras como Juan Fernando Cristo saben que definitivamente en la presidencia de Santos “lo normal y lo lógico” es que su gobierno les conceda la beligerancia a los terroristas de la narcoguerrilla.
Santos es el caballo de Troya del socialismo bolivariano en Colombia, y “lo normal y lo lógico” es que dé ese paso para someternos definitivamente al comunismo asesino que infiltró al Partido Liberal desde los años 30s, cuando se alió con Enrique Olaya Herrera, y luego con Alfonso López Pumarejo para gobernar al país y empezar a destruir al ejército, labor en la que el camarada Santos ha demostrado estar tan capacitado como para su afición de tahúr.
Por todo esto, no es de extrañar la “captura” y entrega del terrorista que dirigía ANNCOL. Joaquín Pérez Becerra será liberado una vez inicien las conversaciones de paz entre Santos y los amigos de su nuevo mejor amigo. Chávez jamás entregaría a alguien de las FARC tan importante como Pérez Becerra sin la seguridad de que sería liberado en breve.
Porque, entre otras cosas, a eso viene Joaquín Pérez Becerra… a coordinar lo necesario para la realización de esos diálogos FARC-Gobierno. Pérez Becerra entrará en contacto con guerrilleros presos, con miembros del gobierno y emisarios de Chávez para que todo salga perfectamente, como el PC3 lo sabe hacer siempre.
Mientras se monta lo pertinente a lo jurídico desde el Congreso, la guerrilla seguirá atacando pueblos, asesinando policías y soldados, volando oleoductos y secuestrando. En cuestión de días regresarán a las tristemente famosas “pescas milagrosas”. Todo, porque Santos necesita causar ese efecto de temor y desazón en los colombianos para que haya un mínimo de protesta cuando anuncie los diálogos con las FARC.
Lo que se le olvida al camarada Santos, es que Álvaro Uribe ya nos demostró que la guerrilla sí es derrotable, y que si no fuera por militares torcidos como Padilla de León y la Machaca; o si no hubiera sido por ministros como el mismo Santos y asesores como Sergio Jaramillo y su amiguito el guerrillero Plotter, esos terroristas estarían ya hace tiempo chupando gladiolo.
Al camarada Santos se le olvida que en este país los traidores no son muchos, aunque estén gobernando.
Al camarada Santos se le olvida que esos nueve millones de votantes no permitiremos que el legado de Álvaro Uribe, su esfuerzo por despojarnos del temor, y su entrega para enseñarnos a amar a nuestro país con la convicción de que jamás tendremos otra patria para dejarles a nuestros hijos, no será un esfuerzo que dejaremos perder en las componendas de políticos corruptos y desvergonzados que no dudan en vender hasta su propia madre si con esto ganan una comisión.
Mayo 05 de 2011
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