MARÍA SANTOS GORROSTIETA

-El Pasca acompaña a los 15 mil vecinos de Tiquicheo, en Michoacán, Méjico, el estado natal del gran presidente Lázaro Cárdenas. En ese país tan cercano a los afectos de los colombianos, una delincuencia despiadada del narcotráfico y  próxima, por consiguiente, a la organización criminal de las Farc, la que les suministra cocaína, la torturó y asesinó. Esas bandas en un primer atentado causaron la muerte de su marido. En un segundo atentado, tres balas la hirieron gravemente, pero decidió permanecer donde siempre había estado, indefensa ante la brutalidad y la codicia: "A pesar de mi propia seguridad y la de mi familia tengo una responsabilidad con mi pueblo. . . . " No se supo del horror de sus últimas horas. Yo quiero creer que no se humilló, ni se quebró su coraje y que se mantuvo erguida.No consiguieron esos miserables aniquilar lo que ella representaba, la de ser una mujer íntegra y digna.  Aquí en nuestro país hemos soportado esa ferocidad homicida de los violentos por muchos años. Recientemente en el Departamento de La Guajira fue asesinada de manera salvaje una dama de apellido Maya, esposa de un ganadero que actualmente se encuentra secuestrado por las farc o el eln. Aquí tan acostumbrados que estamos a estos actos feroces, ya nadie los recuerda, ni hubo una indignación como la que se ha presentado en México. No existe ninguna causa que justifique la pérdida de una vida humana. Cuando una mujer muere así, muere un poco la voluntad de vivir de toda una Nación. Se puede perdonar a quienes se creen dueños del destino de todos nosotros, hombres y mujeres? Se puede perdonar a los homicidas de la Señora Maya y de María Santos ? Por supuesto que NO. Descansen en paz Maya y María. Su muerte nos pertenece. Las recordaremos siempre. Nos declaramos vigilantes de su honor. Los malvados que las asesinaron tendrán que pagar por ello, ese día llegará.