CÓMO ME CONVERTÍ EN UN FANÁTICO DE LA TELE

-A mi respecto dicen las malas (buenas?) lenguas de Choachí, las más bravas del oriente de Cundinamarca, La Neusa y Marly, que jamás tendrían el coraje de dormir conmigo. Si soy lobisomen, lo soy a la manera de todos: homo homini lupus y quien me ve de anteojos hasta piensa que soy un respetable profesor. Es claro que prefiero ser lo primero. Escribo porque tengo facilidad para hacerlo. No hay nada peor, para un escritor en ciernes, que esta facilidad, pero prefiero más a una mujer fácil, que para mi, confieso, es la expresión más bella y tierna de este mundo. En cuanto a Dios, con Él rompí relaciones a los 15 años. Me siento muy bien sin la idea de un Dios. Los dioses fueron hechos a semejanza del hombre, sostenían los griegos. No acepto injerencias de Dios ni de ningún demonio. En materia de amor soy un sujeto de una imaginación erótica desbordada: he amado perdidamente a muchas mujeres y ellas a mi. Ahora mismo estoy enamorado de una que me ama también, aún cuando pertenece a otro. Soy como las fieras, nací así y no sabría serlo de otra forma. A veces pienso que soy un tigre, pero luego me recojo en mi insignificancia de gato. Salvaje, pero gato. Si nadie ha dicho esta frase: más de uno es multitud, la hago mía, soy su autor. No excluyo el amor eterno. Me gusta esa variante de la sabiduría popular: dos es bueno, tres es mucho. En las márgenes del río Negro-Guayuriba nací, cuando mi madre descendió de un carro tirado por bueyes para satisfacer una necesidad personal. Conocí de cerca a Hugo Carrasco, un maleante que se hacía pasar como "el benefactor", tal vez porque se llevaba a niños y niñas de las veredas a la guerrilla y que con eso las beneficiaba, especialmente  a las niñas. Era un provocador que extorsionaba, secuestraba, robaba ganado y mataba. Murió de un ataque de abejas africanas, puestas en su chinchorro por no se quien. Su sucesor, el benefactorcito, resultó peor que su mentor, él quería salvar la patria, librarla de terratenientes, ganaderos, soldados, mineros, etc. Su especialidad eran las minas, bombas, petardos, tatucos, para volar torres de energía y oleuductos. A él le dieron de baja un nuevo enjambre de abejas africanas. Con miel y abejas se combatió a los facinerosos, sin tregua y  durante muchos años. El famoso historiador Benítez Orozco y Orozco, en su espléndida biografía  El Carrasco y su sombra, llegó a homenajear la bronca y  persistencia con las que estas abejas se ensañaban con los malos. Hoy, gracias a la TV de color me he imbecilizado de una vez por todas, mal consigo recordar cosas pasadas,  participo activamente de todos los programas que ofrecen electrodomésticos y viajes a los estates y mayamis,  selvas deMato Grosso o  las playas de Copacabana. Paso las tardes viendo películas viejas de Humphrey Bogart, Ingrid Bergman, Sofía Loren, Marcelo Mastroniani, Errol Flinn, Gary Grant y Gary Cooper, Sarita Montiel, el gordo y el flaco, Cantinflas, el llanero solitario, Roy Rogers, John Wayne, el mejor de todos los cow boys, el que siempre baleaba a los malos en la mano, ay ! y a él las balas le daban en el sombrero. Este sin duda es mi héroe, que falta nos hizo aquí en Colombia, él solo hubiera acabado con todos los bandidos que nos asolan y sin duda se hubiera quedado con la "dura" del Saloon: Natalia Paris, Anselmo, La Unión.