-Deben leer el libro "Tras la huella del Almirante Arango Bacci", Editorial Crónica, donde se rebela la infamia cometida contra uno de los más ilustres marinos de la Armada, llamado a calificar servicios por narcotráfico. Un hombre que durante 36 años había servido con honor a su institución. Acusado por un fotomontaje hecho en un falso recibo, con la huella dactilar de Arango Bacci. Esto ocurrió el 23 de julio de 2007, siendo que el Almirante Barrera Hurtado, comandante de la Armada, tenía en su poder ese recibo desde Marzo del mismo año. A Arango Bacci le comunicó que no había nada contra él. Mintió como lo haría muchas veces más. Este comandante, miembro del Opus Dei, el que presumía en las extensas charlas, que sobre moral y religión, les daba a los jóvenes oficiales, traicionó a Arango Bacci. A propósito, el Ministro de la Defensa, JMS, no le dió una cita al militar. Arango Bacci define correctamente a JMS como un temperamento frío y calculador, insensible y poco amable. Hasta yo creo, que soy muy mal pensado, que la orden para destituírlo vino del Ministro. El inefable fiscal Iguarán, notificó primero a la prensa que había medida de aseguramiento, con detención preventiva y sin derecho a libertad condicional. No se aceptó el alegato del abogado defensor, de que en una nueva confrontación técnica era evidente que se trataba de un fotomontaje. Y aparecen los testigos, un tal Pérez Charris, sostiene que el Almirante había sostenido reuniones en Santa Marta con mafiosos. Pero se retractó, ante la Procuraduría, e informó que unas declaraciones que había dado a la revista Semana, las suministró por instrucciones del director de la oficina de protección a testigos, fiscal José Gilberto Martínez, quien le entregó, además, un millón ochocientos mil pesos.(yo que debo pertenecer a la "mano negra" y soy mal pensado, creo que ese dinero no lo dio el fiscal). Este testigo arrepentido, comprometió tambien, en forma grave, al fiscal delegado ante la CSJ, Omar Zarabanda, quien lo orientó acerca de lo que debía declarar contra el Almirante. Y fue con los conceptos técnicos dados por el Almirante Edgar Augusto Cely Núñez, actual comandante de las fuerzas militares de selva de Colombia, y el Capitán de Navío Nestor Segura, sobre la forma como se movió la fragata ARC Almirante Padilla, imprecisa según ellos, que Iguarán, en Enero de 2009, profirió resolución de acusación contra el Almirante. Por fortuna, se pudo demostrar, gracias al recién elegido Procurador, Alejandro Ordóñez, que las declaraciones del comandante de la Armada Barrera, el jefe de inteligencia, Alvaro Echandía y del Capitán Luis Tovar Neira, carecían de lógica y que el objetivo buscado por la cúpula de la Armada Nacional, no era otro diferente al de dañar la carrera brillante del militar, su honra, la estabilidad de su familia y su patrimonio, severamente afectado con el pago de su abogado y gastos propios de su defensa.
Podemos concluír en este caso, como en los demás casos de acusaciones falsas contra oficiales, la amoralidad y la persecución de que son objeto nuestros mejores hombres de la Infantería de Marina y el ejército, por parte de fiscales corruptos, cierta prensa que los condena desde el comienzo, ciertos escritorios de abogados como el Alvear Restrepo y tambien desde la cúpula de nuestras instituciones armadas, movidas por el odio y la envidia a los soldados que se destacan en la lucha antisubversiva. Es bueno tambien que se haga saber la poca credibilidad que merecen las declaraciones de gente que hace gala de pertenecer a la Prelatura más importante del Sumo pontífice. Para enmarcar en letras de oro, a la entrada de la Escuela Naval de Cadetes de Cartagena, la respuesta del comandante de la Armada a una conocida periodista, María Isabel Rueda, que indagaba sobre la credibilidad de un documento falso presentado a ella, antes que a la fiscalía: "Usted no sabe que yo pertenezco al "Opus Dei". Esta frase quedaría mejor sobre una estatua ecuestre del comandante.
Debemos por solidaridad con el Almirante Arango Bacci comprar su libro, Crónica Ediciones, Hernando de la Rosa. Yo tengo el mío autobiografiado por el propio Almirante.
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