PASQUIN POLITICO COLOMBIANO

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lunes, 13 de junio de 2011

“LA FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN ME VA A ASESINAR” DICE EL TESTIGO ESTRELLA CONTRA PLAZAS VEGA

Por Ricardo Puentes Melo
Sí. Apareció el cabo Edgar Villamizar Espinel y, antes de hablar con nosotros, aseguró con la resignación de quien conoce cómo actúa la mafia : “Una vez que yo hable, la Fiscalía General de la Nación me va a asesinar…”
Lo dijimos en todos los tonos y colores: Aquí hay una mano negra, un Cartel de la Toga que está montando procesos contra los militares, prevaricando y delinquiendo valiéndose de unas instituciones sagradas a las cuales estos infames están mancillando.
Periodismo Sin Fronteras encontró al cabo Edgar Villamizar Espinel, el único testigo que le quedó a la Fiscalía después de los otros fueron desvirtuados y se demostrara que sus testimonios eran comprobadamente falsos.
Para refrescar la memoria a nuestros lectores, el testimonio con el cual se condenó al coronel Plazas Vega de por vida, es una declaración escrita en cuatro páginas, sin fecha, sin membrete de la Fiscalía, con un estilo que evidencia su factura por parte de un abogado, y no de un testigo que se presenta a declarar voluntariamente.
En esta “declaración” una persona que dice llamarse Edgar Villarreal, cabo del ejército y ex funcionario del CTI de la Fiscalía, narra hechos inverosímiles. Dice este “Villarreal” en su testimonio, que él se encontraba en Granada, Meta en el momento de la sangrienta toma del Palacio de Justicia (planeada, entre otros, por Gustavo Petro, hoy candidato a la Alcaldía de Bogotá). Cuenta también “Villarreal”, que de inmediato lo subieron a un helicóptero que para la época no existía en el país, junto a otros militares, y los trajeron a Bogotá en un viaje a velocidades fantásticas. Dice también que llegó al Palacio de Justicia, combatió, escuchó personalmente a Plazas Vega ordenar “colgar a esos hps” (refiriéndose a los “desaparecidos”) mientras comía empanadas en un tienda por departamentos cercana al Palacio de Justicia, y que luego se fue a dormir mientras Plazas y el resto de militares seguían en combate con la narcoguerrilla del M-19 (ver el fabuloso relato en: http://www.periodismosinfronteras.com/el-testigo-estrella-contra-plazas-vega-un-chiste.html )
Aunque la declaración no tiene membrete de la Fiscalía, y fue tomada a espaldas de la defensa del Coronel Plazas Vega, allí la rubrican la Fiscal Ángela María Buitrago Ruiz, el Agente Especial del Ministerio Público, Henry Bustos Alba; el investigador Efrén González; el Fiscal Auxiliar José Darío Cediel Serrano; Pablo E. Vásquez H., investigador; y, por supuesto, el testigo estrella: Edgar Villarreal. Todos prevaricadores.
Las sorpresas empiezan a aparecer aquí. Este Edgar Villarreal firma con el número de cédula 13.452.278, de Cúcuta y narra los hechos mencionados, agregando que escuchó los gritos desgarradores de los “desaparecidos” del Palacio mientras estaban siendo torturados por Plazas Vega y otros militares. Resulta que ese número de cédula no corresponde a ningún Edgar Villarreal, sino a Edgar Villamizar Espinel.
Edgar Villamizar Espinel. Suplantado por la Fiscalía General de la Nación para condenar a Plazas Vega, Arias Cabrales y el gral Ramírez
Al investigar, se encontró que efectivamente un Edgar Villamizar Espinel estuvo en Granada y que ciertos datos de su declaración, como trayectoria y amigos mencionados, sí cuadran con los datos de Edgar Villamizar Espinel.
Al preguntársele a la Fiscal Buitrago y a la juez Jara por esta abominación, ellas dijeron que había sido un pequeño error de transcripción, pero que el testigo efectivamente se llamaba Edgar Villamizar Espinel, y no “Edgar Villarreal” como aparecía ‘erróneamente’ en la declaración.
Entonces, la Fiscal anexó la “corrección” al proceso e incluyó la hoja de vida del cabo Edgar Villamizar Espinel. Luego, dijo que el cabo Villamizar se negaba a asistir a las múltiples citaciones hechas por la Fiscalía, aduciendo temor por su vida. Y asunto arreglado.
O al menos, eso creyeron ellas.
Encontramos que la firma de quien rubricaba como “Edgar Villarreal” no tenía los rasgos grafológicos de Edgar Villamizar Espinel. Así que nos dimos a la tarea de buscarlo.
Con las hipótesis de que, o bien Villamizar Espinel era un pillo redomado que había recibido dinero a cambio de ofrecer sus datos y proveer de su número de cédula para que alguien firmara por él; o bien tenía un pecado escondido por el cual estaba siendo extorsionado para que no se presentara a declarar, empezamos la búsqueda.
Efectivamente, encontramos que antes de 1991 aparecía en la Fiscalía su nombre con su número de cédula con un dato: “Sospechoso de homicidio”.
Presumiendo su peligrosidad, pero deseosos de conocer la verdad, lo encontramos en un lugar recóndito de Colombia a donde llegamos no sin cierta dificultad.
Por supuesto, Edgar Villamizar Espinel me recibió con cierta prevención, debido en gran parte al escrito satírico que yo había publicado sobre su testimonio.
Y aquí empezaron a conocerse las verdades.

La Fiscal Ángela María Buitrago... debería estar en la cárcel
En la entrevista que le concedió a Periodismo Sin Fronteras, con la condición de que no sería publicada hasta que él estuviera a salvo y protegida su familia, nos contó lo siguiente:
1.Él, Edgar Villamizar Espinel, jamás estuvo en los hechos del Palacio de Justicia los días de la Toma por parte de la guerrilla del M-19, esto es, el 6 y 7 de noviembre de 1985.
2. Él jamás en su vida ha visto personalmente al Coronel Plazas, y por tanto es falso que haya estado con él y le haya escuchado mandar colgar a nadie.
3. Jamás estuvo en la Escuela de Caballería dando esa declaración que la Fiscal Ángela María Buitrago, Henry Bustos Alba, Efrén González, Pablo E. Vásquez H. y José Darío Cediel Serrano firmaron acreditando como verdadera. Edgar Villamizar no hizo esa declaración con la que condenaron al coronel Plazas. “Esa no es mi firma, ni lo que se dice allí es mi declaración… Yo jamás he declarado estas cosas ante ninguna entidad..”, nos aclaró.
4. La Fiscalía General de la Nación jamás lo ha citado a declarar. Es falso, dice Villamizar, que le hayan expedido boletas de citación, o que él haya llamado para decir que no asistía a declarar por miedo. Villamizar nos aseguró que nunca fue citado a declarar y reta al que quiera para que mire las citaciones y le comprueben si él las firmó como recibidas.
5. Muchos de los datos de su vida que aparecen en la declaración de marras, son falsos. Por ejemplo, ni él nació en Cúcuta ni es graduado de Biología.
6. La Fiscalía general de la Nación sí lo contactó, pero para tratarlo de obligar a que firmara esa declaración falsa como si fuera suya. A lo que él se negó con firmeza.
Le pregunté por qué razón él no se había presentado a aclarar esos asuntos y me miró como si no pudiera dar crédito a mi ingenuidad.
“Yo trabajé con el CTI de la Fiscalía, señor periodista… Sé de lo que son capaces… Vi muchas cosas allí. Con esta declaración que estoy dándole a usted, estoy poniéndole precio a mi cabeza. Mi sentencia de muerte es segura. La Fiscalía va a asesinarme y muy seguramente lo hará con mi hijo y mi nieto…”
Le pregunté por el asunto de su reseña como “sospechoso de homicidio” por allá en 1991 y su argumento fue contundente: “Después de esa fecha yo entro a la Fiscalía… ¿cómo puede ser posible que teniendo una reseña como ésta me hayan aceptado..? ¿Cómo es posible que mi hoja de vida allí esté llena de méritos…?”
Indudablemente, una buena respuesta.

María Stella Jara, la juez que prevaricó. En vez de estar en la cárcel, fue premiada al ser nombrada magistrada
Mi propia percepción es que La Fiscalía General de la Nación se aprovechó de este hombre que, a pesar de ser experto en temas como defensa personal y seguridad, es incauto para otras cosas. Ciertamente, a Villamizar debieron haberlo tratado de sobornar y, como se dieron cuenta que por ahí no era el camino, lo amenazaron a él y a su hijo.
Edgar Villamizar ama entrañablemente a su hijo y los de la Fiscalía debieron haber descubierto esa “debilidad”.
La prueba de la buena fe de Edgar Villamizar, es que cuando le propuse que fuera a donde un hombre que ha demostrado a toda prueba ser de los pocos honestos e íntegros de este país, ni siquiera lo dudó.
Se pidió la cita con el Dr. Alejandro Ordóñez, Procurador General de la Nación, y allá fue a contar sus penurias Edgar Villamizar.
¿Qué significa todo esto que nos narró el cabo Edgar Villamizar Espinel…?
Que tenemos una Fiscalía corrupta hasta los tuétanos. Que tenemos una justicia infame y criminal. Que aquí quien está gobernando es el Cartel de la Toga, montando procesos, comprando testigos, amenazando, extorsionando, asesinando.
Lo que nos cuenta el cabo Villamizar Espinel, nos pone los pelos de punta al pensar en qué clase de manos está el país. Mientras la Corte Suprema de Justicia rinde homenajes a jueces relacionados con la mafia; mientras los mismos magistrados de la Corte van a paseos con mafiosos y vagabundas; mientras la Fiscalía es usada como una empresa criminal para beneficio del hampa, enviando a la cárcel a militares honestos como el coronel Plazas Vega, y los generales Arias Cabrales e Iván Ramírez, nadie puede poner en tela de juicio los fallos de estos sinvergüenzas. El país está arrodillado ante este contubernio mafioso de jueces, fiscales, narcotraficantes y guerrilleros.
Plazas Vega debe ser puesto en libertad de inmediato. Los generales Arias Cabrales e Iván Ramírez deben quedar libres ya.
Si existe algo de justicia en este país, y si los jueces y fiscales honestos (pocos, pero claro que existen) deben abandonar el miedo e iniciar la investigación contra la juez Maria Estella Jara y la Fiscal Angela María Buitrago, por violación al debido proceso; por prevaricato. Igual con los otros firmantes de esa falsa declaración: Henry Bustos Alba, Efrén González, Pablo E. Vásquez y José Darío Cediel Serrano. Debe investigarse la relación exacta que tienen la juez y la Fiscal con el guerrillero René Guarín Cortés. Y debe escudriñarse el papel del Colectivo Alvear Restrepo en este criminal montaje.

René Guarín Cortés, un peligroso guerrillero, secuestrador y asalta bancos que fingía ser defensor de Derechos Humanos, cómplice de la Fiscal y la Juez
Y que se investigue quién firmó suplantando a Edgar Villamizar Espinel. Sospechamos que fue el delegado de la Procuraduría, Henry Bustos Alba.
Que también se escudriñe sobre el papel que aquí jugaron los Fiscales generales Alfonso Gómez Méndez y Mario Iguarán… Y que se analice el papel de la actual Fiscal, Vivián Morales, esposa de un terrorista guerrillero del M-19, y ficha política del tenebroso Gómez Méndez.
Porque aquí queda demostrado que sí existe un cartel mafioso de jueces, fiscales y magistrados.
También queda claro que todo este aberrante proceso del Palacio de Justicia, contra militares íntegros, verdaderos héroes que defendieron la patria contra los deseos de Petro, Otty Patiño, Ever Bustamente, Antonio Navarro, Vera Grabe y demás sus secuaces de convertir esto en una dictadura narco-comunista, debe servirnos de alarma despertadora para los otros casos infames que ha montado la Fiscalía contra muestro ejército. Sin ir más lejos, contra el general Rito Alejo del Rio, contra el coronel Mejía Gutiérrez, contra contra el general Uscátegui y varios más.
Que se declare nulo el proceso del Palacio de Justicia. Que se haga un gran juicio abierto al público para que nos cuenten todas las bellaquerías criminales del Cartel de la Toga. Que se reabra un proceso limpio sobre lo que sucedió en el Palacio de Justicia y que se llamen a declarar a los criminales, entre ellos al actual candidato a la Alcaldía de Bogotá, Gustavo Petro Urrego. También a Vera Grabe, Otty Patiño, Ever Bustamante, Navarro Wolf… Todos ellos. Que se les revoque el indulto concedido por su mentor César Gaviria Trujillo.
¿Por qué publicamos este relato solamente después de más de 20 días de que Edgar Villamizar nos concedió la entrevista..?
Por otro suceso grave que tememos. Edgar Villamizar, su hijo y yo nos citamos este viernes 10 de junio de 2011 para acompañarlo ante el Ministerio del Interior con el fin de proveerlos de un esquema de seguridad que garantizara sus vidas.
Edgar Villamizar no se presentó. La noche anterior, es decir, el jueves, el Sr. Villamizar me hizo una llamada telefónica. Lo noté extremadamente nervioso. Me dijo que no podía hablar en ese momento, que cosas nuevas se le habían presentado, que me llamaría temprano desde una cabina telefónica cuando llegara a Bogotá. pero nunca llamó.
Ojalá las fuerzas oscuras que manejan este país no lo hayan desaparecido. Perderían su tiempo, porque él ya contó su historia en la Procuraduría General de la Nación.
Así pues, queridos lectores, la alegría enorme que siento por la obligatoria libertad del coronel Plazas Vega y de los generales Arias Cabrales e Iván Ramírez, no está completa.
Y no lo está porque, además, esta conquista deja al descubierto un mar de podredumbre en las instituciones que, precisamente, fueron creadas para protegernos de los delincuentes. La alegría nos es completa porque queda al descubierto que nuestra patria, la única que tenemos, está en manos de los bandidos. La alegría no es completa porque el avance criminal y sanguinario de las guerrillas comunistas y sus hermanos siameses –los partidos de izquierda- se apoderaron de Colombia con el empeño de colocar tras las rejas a nuestros militares honestos –que son los únicos que pueden frenar su avance-, contando con la participación activa de este gobierno que impúdicamente ha dado la espalda a quienes lo elegimos creyendo en sus promesas vacías de derrotar a las guerrillas cuando lo que en realidad siempre buscó era co-gobernar con ellas.
¿Y la gran prensa de este país…? Nada, son cómplices de esta infamia. Pero eso será otro tema.

El coronel Plazas Vega. Una víctima de las monstruosidades de la Fiscalía y los guerrilleros indultados.
Entretanto, debemos ir pensando en que este país queda en gratitud eterna con el coronel Alfonso Plazas Vega, mancillado, humillado, vapuleado, infamado por la prensa, por políticos, jueces, fiscales, magistrados…
Plazas Vega, quien nos salvó de la amenaza narco-comunista; quien fue objeto del falso testimonio de Gustavo Petro, que juró ante la ley haber sido torturado por el coronel, con tan mala suerte que ignoraba que en las fechas citadas por este hampón, el coronel se encontraba fuera del país, así que tuvo que retractarse.
Plazas Vega, quien sufrió la cárcel–aún la sufre- en pago por sus servicios limpios a Colombia mientras los criminales legislan desde el Congreso, dirigen las oficinas de Derechos Humanos, ocupan cargos públicos, gobernaciones y fungen como jueces, fiscales, investigadores y carceleros… O son candidatos presidenciales, congresistas y candidatos a las alcaldías.
Coronel Plazas Vega: A usted le debemos un homenaje de desagravio.

Junio 13 de 2011

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