-CM: Por favor, hable usted primero.
-CP: No, de forma alguna, primero los señores, insisto.
-CM: Bien, creemos que llegó la hora de redemocratizar el país.
-CP: ! Sí ! Esto es, talvez si, talvez no. Depende de algunos detalles, salvaguardas eficaces, señores, ustedes saben.
-CM: Cierto. Creo podemos, sin dificultad, conciliar intereses, modernizar un poco las estructuras, actualizar algunos conceptos, institucionalizar y controlar los instrumentos de defensa del Estado alrededor del señor.
-AC: Yo pueblo, un civil, de ustedes solo conozco represión. Es acaso el instrumento que proponen? Quiero ver esa tal democracia !
-CM: Disculpe, pero el caballero debe estar equivocado. Lo que estamos discutiendo aquí es la redemocratización y la devolución del poder a los civiles y no a los inciviles como usted, groseros y mal educados.
-AC: Yo entendía, ustedes lo dijeron, que iba a ver una distensión gradual y segura que devolviese el gobierno, al término de su mandato de 6 años, al Estado de Derecho, respeto a las libertades democráticas y una plena y amplia libertad para todas las clases sociales. Van 12 años, ustedes dejaron correr ese falso sentimiento de su própósito. Vemos no les interesa esclarecer nada; la confusión fue su táctica.
-CM: Confusión como táctica, en beneficio de los altos intereses del país. Dentro de ella, una relativa libertad de prensa y de medios en general, que el país goza. Necesitábamos de esa confusión, toda vez que que era un paso lento y seguro en la institucionalización de esta democracia de élite militar, el gobierno de los mejores, como ya hace 25 siglos, lo sostenía Platón.
-CP: Y es preciso más confusión. Ahora mismo, cuando se lanzan políticos e intelectuales en la discusión vacía y estéril de la sucesión presidencial, cuando periódicos y revistas prodigalizan espacio a las declaraciones de ellos, aplicamos la confusión, no faltaba más.
-CM: Engáñese el que quiera, ya lo dijo el señor presidente, con toda su autoridad. Ya dijo que en un año su sucesión será encaminada en la consolidación de esa democracia de élite militar que el país requiere.
-AC: Nos, el pueblo, creemos va a haber crisis. Esa democracia que proponen no huele bien. Los militares deben volver a los cuarteles, donde siempre estuvieron. La seguridad y el Estado de Derecho pudieron ser mantenidos en el pasado sin ilegalidad. Nos, el pueblo, nos estamos sintiendo como ilegales en nuestro propio país.
-CM: Los militares continuarán haciendo política, lo que es muy saludable, principalmente ahora que el imperialismo americano prepara un asalto al Estado. Ni sueñen, el régimen no se va a caer, ni lo va entregar a los traidores del pensamiento bolivariano que late, ayer como hoy y mañana, en nuestros corazones de patriotas. La seguridad de nuestro país es la que nos interesa y mucho. Sabemos, como soldados paracaidistas que : "el más alto valor de una nación vibra en el corazón de sus soldados".
-CP: Como presidente que soy, solicitaré en este año de elecciones una mobilización orgánica del pueblo. Es preciso que este proyecto nuestro sea nacional y popular. Así será. Nuestro gobierno está respaldado por el pueblo.
-CM: Existe ese entendimiento, señor presidente, entre el pueblo y sus fuerzas armadas. Estamos con usted en esa ampliación que propone de los derechos democráticos y que ese Estado de Derecho que está usted incubando, no privilegie una clase-los ricos- pues los intereses de los ricos no son, necesariamente, los intereses de los más pobres.
-AC: Nos, el verdadero pueblo, vamos a pelear por un régimen que sea sí, con mayúsculas, VERDADERAMENTEDEMOCRÁTICO. No vamos a perder la esperanza. Un gobierno que permita el cese de odio entre clases que estimula el régimen actual y una verdadera y amplia libertad de expresión. Dicen por ahí que " De tiempo en tiempo el tiempo da tambien un salto, como todo lo que es vivo". Que Bolívar se apiade de Venezuela.
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