REINO DE LA PROSPERIDAD RELATIVA

-Personajes:  Rey de la prosperidad en un cierto país minero y petrolero ( Maquiavelo II) ; Pueblo ignaro y pendejo ( O Povo). Representando a la  Masa popular de los pueblos de Gramalote, Útica, La Virginia, La Mojana, Bajo Cauca,  Choachí y otros a donde no llegan los auxilios a los niños, ni las casas prometidas, ni vías, ni las regalías:  Anselmo,Augusto Carlos, La Neusa, Marly, Edelsio. Trama: Lenin Ilich para El Pasca.
-En un cierto reino de la prosperidad, con locomotoras y todo, el populacho, en cierta ocasión, resolvió procurar al Rey  para quejarse de la penuria en que vivían. El Rey estaba leyendo "El Principe" de Maquiavelo , cuando su asesora de Relaciones públicas e internacionales le avisó: Está ahí afuera una porción de pueblo, queriendo hablar con Su Majestad. El Rey, después de verificar que su sistema de seguridad estaba bien cohesionado y fuerte, ordenó: Escoja los que tengan mejor aspecto y hágalos entrar. Entró "o povo"  Los mejor presentados tenían todavía algunos dientes. De modo general eran enxutos,  o secos de carne, tal como si hubiesen salido de los campos de concentración de las Farc. Majestad, dice uno de ellos respetuosamente, procurando sostenerse bien en sus piernas bambas.  Sabemos, usted nos lo recuerda a toda hora en los medios, radio, TV, la prensa oficial, cierta revista, que nuestra renta "per capita" crece año trás año. Infelizmente, los precios suben más rápido. Nuestros jóvenes no consiguen trabajo. La hospitalidad que nos han ofrecido nuestros familiares y amigos, después de las inundaciones en que perdimos todo,  hace  ya 24 meses, está llegando a su fin, las casas y auxilios prometidos por usted no llegan.  No sabemos que hacer para callar a nuestros hijos: ellos viven llorando por no tener que comer.
-Maquiavelo II: Interesante, dice El Rey, acariciando el lomo de su libro preferido, El Principe. Qué raro, el otro día, uno de nuestros más condecorados Ministros, se quejaba de lo contrario: los hijos de él lloran cada vez que la madre intenta obligarlos a comer. Y dio la Audiencia por terminada, después de advertir a los representantes del pueblo ignaro, que llorar es propio de los niños y, por tanto, no debe constituírse en un motivo que de lugar a una alarma que provoque una seria  inquietud social.