PASQUIN POLITICO COLOMBIANO

ESTE ES UN BLOG CREADO POR RICARDO PARA QUE TODOS, TANTO NATIVOS COMO EXTRANJEROS, CONOZCAN ALGO DE LA REALIDAD DE NUESTRA BELLA PATRIA COLOMBIANA. TE INVITAMOS A QUE DEJES TUS COMENTARIOS SOBRE LOS ARTICULOS QUE ENCONTRARAS AQUI

sábado, 10 de diciembre de 2011

EL FIN DEL MUNDO

- ".........la segura extinción a la que siempre vamos y que nos perderemos. No estar aquí, ni estar en ningún otro sitio, y pronto; nada más terrible ni más cierto." Philip Larkin, en Albada, poeta inglés.
-Las albadas son poemas sobre enamorados que se separan al alba. En este caso, la enamorada de Larkin es la vida misma, acompañada de la comprensión, cruda pero sincera, de que no sigue más allá de la tumba. Pensar lo contrario es engañarse. Los profetas del desastre vienen hablando del final de la civilización, de todo el proyecto humano, que podría darse según "un códice Maya", que interpretan como le da la gana a  profesores de la UNAM en México y hasta un profesor de la U. de Buenos Aires, las profecías de Nostradamus, los ovnis, la venida del anticristo, etc y los  charlatanes que hablan de una supuesta conjunción del sistema solar con el centro de la galaxia, o el bombardeo de rayos cósmicos provenientes del sol. Y hasta lo dan con fechas precisas: el 21 de diciembre de 2012. Se acerca el fin, dicen. Desde el principio del cristianismo ha habido gentes fascinadas por estas historias que han predicho el cómo y el cuando de nuestra destrucción. Muchas de ellas conferían ideas sobre un castigo divino y una redención del hombre, el final de la vida en la tierra, los últimos días, el fin de los tiempos, Apocalipsis. La más popular se refiere a la venida del hijo del hombre: " Habrá señales en el sol, en la luna, en las estrellas y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar.......Las potencias de los cielos serán conmovidas...... Entonces verán al hijo del hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.......cuando veais que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios...... De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca...."  Mateo 29 a 34. Esa generación pasó.
Todos estos movimientos apocalípticos tienen en común la fantasía de un final violento y, huelga decirlo, nosotros, los no creyentes, no seremos salvados del fuego del infierno. Entre los siglos 11 y 16, sectas inspiradas en el libro del apocalipsis, encabezadas por algún profeta carismático, estuvieron obsesionadas con la idea de un final inminente, seguido por el establecimiento del reinado de Dios en este mundo. Como preparativo, se juzgaba necesario masacrar a los asesinos de Dios, los judíos. Y conviene recordar que los caballeros de las cruzadas empezaban su viaje a tierra santa matando a miles de judíos. Cuando Cristobal Colón llegó a Las Bahamas escribió: "Del nuevo cielo y tierra que decía Nuestro Señor por San Juan en el apocalipsis........ me hizo a mí mensajero..." Una y otra vez, durante los últimos 500 años, se proclaman nuevas fechas y no pasa nada, lo cual no quita a los profetas del desatre moderno las ganas de fijar otra fecha. En Estados Unidos, país responsable de las cuatro quintas partes de la investigación científica mundial, por fortuna, no tienen profesores o científicos hablando pendejadas, aun cuando  un 90 % de sus ciudadanos están seguros de que serán llamados a responder por sus pecados y que la Biblia es la palabra literal de Dios. Allí la tradición protestante identificó durante siglos al Anticristo con el Papa. El apocalipsis ha sobrevivido incluso en una época marcada por la tecnología y el esceptisismo. Un caso célebre es el William Miller, un granjero que formuló, basado en el versículo 14 del libro de Daniel, que el último día sería el 22 de octubre de 1843. A esta desilusión se le puso un nombre: La gran Decepción. Pero, en una jugada maestra, un lider millerista, al caminar, recibió una revelación: la fecha era correcta, no así el lugar pues se refería a lugares celestiales. Y así todo terminó bien y todos contentos.Todos los milleristas fueron atraídos luego  hacia el movimiento adventista del sétimo día. Y se pueden incorporar al coctel otras creencias apocalípticas: un conflicto nuclear, una epidemia, un meteoro, la degradación del medio ambiente,un tsunami, etc.  que no podemos considerarlas así, más cuando son fruto de fuerzas físicas o de las omisiones y carencias innatas en el ser humano. La creencia apocalíptica es más un fruto de la fe que es todo lo contrario de  la curiosidad científica, que ha puesto en nuestras manos un conocimiento real del mundo. Conocimiento que es de una belleza aterradora. Sabemos, entre otras muchas cosas, que nuestro planeta es una mota diminuta dentro de un universo de dimensiones inconcebibles; que nuestra especie ha existido durante una fracción minúscula de la historia de la tierra; que los humanos somos primates, que el pensamiento se rige por procesos biológicos, etc. Acabemos este artículo con lo ocurrido en Waco, Texas, un hombre impregnado de teología apocalíptica, convencido de que E.U. era Babilonia, agente de Satanás, después de 51 días de asedio, los integrantes de una rama davidiana de los adventistas del séptimo día, se quemaron con un fuego para ellos purificador y que de allí saldrían para ser testigos del amanecer de un nuevo reino. Y hubo más víctimas después, cuando Timothy McVeigh, para vengarse del gobierno por su ataque a Waco, protagonizó la masacre de Oklahoma City.
Ian McEwan, novelista americano, durante una conferencia en la U. de Stanford, en 2007, expresó lo siguiente: "No hay motivos para creer que haya fechas inscritas en el cielo o en el infierno. Los creyentes deben saber que aunque tengan razón, y sí exista un Dios personal benigno y vigilante, ese Dios es reacio a intervenir, algo de lo que dan fe todas las tragedias cotidianas de los hombres. A falta de pruebas que demuestren lo contrario, sabemos que es muy improbable que haya alguien allá arriba. Sea como sea, en este caso importa muy poco quien se equivoca, porque los únicos capaces de salvarnos seremos nosotros mismos". El Pasquín comparte estas  conclusiones., Lenin Ilich.

No hay comentarios:

Publicar un comentario