-Ernesto Samper, el presidente elegido por la mafia de los carteles de drogas, sale a decir que la muerte de su principal opositor, Alvaro Gómez, fue una conjura contra él. Solo su mente calenturienta puede creerse este cuento, pero le ha servido para que en asocio con la fiscalía y las Cortes, se desvíe la atención sobre los verdaderos responsables. Alvaro Gómez quería que el Senado se pronunciara por la elección de un gobernante espúreo, una verguenza para nuestro país. Es bueno recordar a los jóvenes que hace 15 años, en la segunda vuelta de una elección disputada con Andrés Pastrana, los Rodríguez Orejuela sobornaron al partido liberal con 5 millones de dólares, los cuales fueron repartidos entre los barones liberales, en todo el país. Fernando Zea lo dijo, le contó al país como llegó y como fue repartido ese dinero. Rodrigo Pardo, Cristo, Serpa, distribuyeron en cajas de colores ese dinero. Hasta se conoció un recibo firmado por Serpa de unas cajas llevadas a San Andrés. No fue un complot contra él, sino una lucha encabezada por Alvaro Gómez, para sacar a un presidente asociado con la mafia. Y es bueno que los jóvenes conozcan hubo un desbordamientos de auxilios parlamentarios para que 111 representantes del pueblo, descaradamente, vendieran su dignidad y honor, al impedir que este proceso que se denominó 8000, llegara al Senado. Se puede decir que fue el establecimiento el que mató a la figura más representativa del conservatismo. Y la investigación de su muerte por las cortes y la fiscalía siempre la han desviado, con cambios o translados a fiscales que avanzaban en la investigación. Pero hay un extaditado: Hernando Gómez Bustamante, alias Rasguño, que quiere hablar: Está herido porque un sobrino muy querido fue asesinado delante de 60 personas. El sabe quien lo mató, pero no ha sido posible que una comisión de la Cámara apruebe el viaje de una Comisión a escucharlo. El partido Liberal, con su ausencia de los debates, no ha permitido que haya quorum y hasta se dice que no hay dinero para viajar. Mientras que para oír a los paras resentidos con Uribe por su extradicción a E.U., lo que hay es dinero y ganas de oírlos, más si se trata de acusar a sus partidarios.
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